viernes, 12 de febrero de 2010

EUROPA AYUDARA A GRECIA...

Habrá rescate. Para Grecia y para quien lo necesite. Pero la crisis afloró ayer ciertas diferencias en el seno de la eurozona: hay acuerdo para salvar a los países más acuciados por las dudas de los mercados sobre las finanzas públicas -en especial, Grecia-, pero de momento no hay dinero. Y lo que es más importante: ni Alemania ni Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE), quieren ir más allá de una oferta de solidaridad para disuadir a los especuladores. Los líderes de la UE explicitaron por primera vez el compromiso de los países de la moneda única para ayudar a los países que tengan dificultades financieras. El Consejo Europeo expresó de manera clara que los países de la moneda única "tomarán medidas coordinadas para preservar la estabilidad financiera de la zona euro en su conjunto". Y sin embargo, ni los mercados acogieron el pacto con agrado ni los analistas las tienen todas consigo por las divergencias en torno al rescate.
"Hay una voluntad política clara" de combatir el ataque especulativo contra Grecia, en palabras del presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que ayer presidió su primero consejo. Tras 11 años de historia, la zona euro explicita por primera vez que ningún país va a caer. Pero ni siquiera la crisis consigue esconder las disensiones en la eurozona: Van Rompuy reconoció que hubo un "debate franco" en la principal reunión -en la que participó junto a los representantes de Alemania, Francia, Grecia, el BCE y la Comisión Europea-, que dio paso a un comunicado ambiguo, lo suficientemente abierto como para aplacar buena parte de las especulaciones y a la vez para retrasar hasta el Ecofin de la próxima semana los detalles y el alcance del rescate.
En el fondo laten los temores de Alemania respecto a que ese rescate se convierta en una mala señal tanto para Grecia como para otros países con problemas y que no han hecho los deberes fiscales en los últimos años. Entre la solidaridad necesaria para evitar los ataques y la responsabilidad asociada al salvamento financiero, que exige fuertes recortes fiscales a los países con problemas.
Algunas de las reuniones dejaron al descubierto las diferencias de enfoque. La canciller alemana, Angela Merkel, se escudó en un dictamen de su Tribunal Constitucional para impedir una mayor precisión del rescate financiero. Merkel disuadió a José Luis Rodríguez Zapatero, presidente español y presidente de turno de la UE, de su propuesta de concretar la financiación a Grecia. Trichet respaldó a Angela Merkel advirtiendo de los riesgos de la potencial generalización de las peticiones de ayuda.
Aunque no se explicitaron medidas concretas porque "el Gobierno griego no ha pedido ningún apoyo financiero", la decisión supone un mensaje directo a los especuladores en el sentido de que no se dejará a ningún país a la suerte de los mercados si tiene dificultades para asumir sus compromisos de pago con su deuda. Se trata de un compromiso doble. "Es un mensaje de responsabilidad por parte del Gobierno griego", dijo Van Rompuy, "y al mismo tiempo de solidaridad, en caso de que fuera necesario".
Los dirigentes europeos lograron romper el tabú de no intervenir basado en la prohibición de actuación por parte del BCE según el Tratado y sobre todo por el temor de que las ayudas pudieran conducir a actitudes de relajo en el control de las cuentas públicas por parte de los países menos responsables. El temor a que la certeza de las ayudas pudiera fomentar la laxitud y el descontrol fiscal, sentido especialmente por Alemania, se venció -relativamente- con el compromiso firme y formalmente reiterado por el primer ministro griego, Georges Papandreu, de reducir el déficit presupuestario de su país en cuatro puntos este año (del 12,7% al 8,7%). Se trata de un sacrificio extraordinario, basado en recorte del gasto social y tijeretazo a los salarios empleo público, que ha provocado una fuerte repulsa popular. Grecia cerró el pasado ejercicio con un déficit del 12,7% frente a unas previsiones iniciales del 3,7% y deberá emitir más 53.000 millones de deuda para afrontar las necesidades de este año.
El acuerdo fue alcanzado tras una intensa reunión -más de dos horas- presidida por Van Rompuy, Papandreu, Merkel, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, a la que después se sumaron Trichet y José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea. En un encuentro previo, Van Rompuy, José Luis Rodríguez Zapatero, Jean Claude Juncker presidente del Eurogrupo, Barroso y Trichet habían trazado las líneas maestras del pacto.
"Es una clara señal política", aseguró Angela Merkel al final de la jornada, y un paso "importante para los mercados", según el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Y sin embargo los principales parqués europeos, con la excepción de Londres, cerraron en negativo. La próxima piedra de toque para los inversores aparecerá con los detalles del plan de rescate. Entre las medidas que se barajan figuran préstamos bilaterales por parte de varios países a Grecia, avales, adquisición de deuda pública griega o la creación de un fondo europeo que podría auxiliar a los países en dificultades. Van Rompuy aseguró que ayer solamente se había hablado de Grecia. Claramente, los mercados esperan más.

http://www.elpais.com/articulo/economia/Union/Europea/rescata/Grecia/garantizar/estabilidad/zona/euro/elpepueco/20100212elpepieco_1/Tes

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